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Meditación Vipassana

Sé fuerte pues y entra en tu cuerpo;
en él tienes un lugar firme para apoyar los pies.
¡Piensa en ello detenidamente!
¡No te vayas a otro lugar!
Kabir dice esto: arroja todos los pensamientos
de cosas imaginarias,
y manténte firme en lo que tú eres.
KABIR

Vipassana es un termino del idioma Pali que significa “observación” o “visión clara”.

 
Se denomina meditación vipassana a los ejercicios meditativos que se basan en este principio de contemplación, en intentar ver las cosas como son, más allá de las interpretaciones y opiniones, de prejuicios y juicios constantes.
En este tipo de meditación se basa el moderno entrenamiento de Mindfulness, que tratamos en otra parte.
También está muy relacionada con la filosofía y meditación Zen, con su intención de quitar las lentes a través de las que vemos distorsionada la realidad.

 

Observación… ¿de qué?

 

Con este mismo fin, tenemos diversos ejercicios, de distinta dificultad y beneficios. 
Un ejercicio sencillo es la observación del esquema corporal, otro no muy complejo puede ser el Body Scan, tan utilizado en la práctica del mindfulness, que consiste en la atenta observación de diferentes partes del cuerpo (pie, piernas, abdomen,etc). Algo más complicado puede resultar la observación de la respiración, de su ir y venir. 
Otro ejercicio de cierta dificultad es la observación de los procesos mentales que vayamos teniendo (recuerdos, pensamientos, imágenes mentales, etc). Un ejercicio aún más complicado, pero de excelentes beneficios, es la observación de todo: esquema corporal, procesos físicos (sensaciones, dolores, etc.) y procesos mentales. Tener esa disposición de observación, en la medida que la hayamos desarrollado, es estar en mindfulness, estar atentos y despiertos al momento en el que estamos, estar “aquí y ahora”.

 

Pero… ¿para qué todo esto?

 

Numerosos y extraordinarios son los beneficios de la meditación vipassana. Cuando la utilizamos como descanso, le dedicamos un rato antes de dormir o al levantarnos o cuando nos sentimos cansados, es extraordinaria, proporcionándonos un descanso y un equilibrio en nuestra vida, difícil de conseguir de otra forma. 
Pero si, aún más allá de usarla para un rato, nos proponemos irla implementando en nuestra vida, que la atención y la serenidad que nos aporta vaya creciendo en nosotros, estando menos ausentes,  menos alienados y perdidos en nuestras tormentas emocionales o nuestros miedos, puede ayudarnos a mejorar radicalmente nuestra vida (y por extensión la de quien nos rodea, pues como dice aquella frase; “cuando algo evoluciona, evoluciona todo lo que le rodea”).


Algunos beneficios contrastados de este tipo de meditación son:

 

Por ejemplo: es sencillo ver la ofuscación de muchas personas, la falta de comprensión acerca de su vida y sus problemas, que les hace  luchar “como insectos panza arriba”, como decía Sartre.
Ana, de 47 años había intentado todo para adelgazar, la dieta de la alcachofa, la dieta de la patata, la sopa básica, la de solo hidratos, sin resultados aparentes. Con poco más de metro sesenta pesaba casi 100 kilos. Probó a intentar darse cuenta de su problema. Con vipassana logró sacar la cabeza de la ofuscación y comprendió que el problema no era la comida que entraba en su boca, sino la causa que hacía que siempre tuviera ganas de comer, la causa de su adicción. Comprendió su vacío vital, su falta de objetivos, su falta de relaciones sanas y satisfactorias. Empezó a trabajar para solucionar esos déficits y dejar de jugar al peligroso juego “de la dieta”. Meses después había mejorado mucho su aspecto, pero aún más importante, había mejorado su vida.

 

Por ejemplo: si es verdad que tanto nos importan nuestros hijos y familiares, ¿estamos dispuestos a mejorar nuestro carácter y la  forma de ser por ellos?
¿cómo puede ser que me traten así, después de lo que hago por ellos? Decía Pedro de 51 años. 
¿Y qué haces? Pues trabajo 12 horas diarias para darles todos los caprichos que quieran.

En realidad, aparte del jugoso sueldo, Pedro les daba lo que él era: una persona nerviosa, impaciente, de carácter difícil, a veces explosiva. Con Vipassana empezó a comprender y cambiar. Empezó a darles otra cosa: a sí mismo, su reformado carácter, su cariño, su calor. ¿Cómo pude ser tan idiota de creer que mis  hijos necesitaban más al dinero que a su padre?, se preguntaba Pedro.

 

Por ejemplo: Marta de 23 años tenía una relación tormentosa con su novio Sergio, de 24. En muchos sentidos eran una gran pareja y se sentían muy unidos. Al evaluar los problemas que tienen, vemos conjuntamente que Marta tiene muchas expectativas respecto a su novio, muchas más que él hacia ella. Por ejemplo: piensa que su novio ha de estar constantemente atento a ella, que las decisiones ha de tomarlas él, sin equivocarse, claro; que debe proporcionarle todos y cada uno de los caprichos que ella quiera, etc. Estas ideas se deben, según lo que vimos, a sus aprendizajes e idealizaciones, en su inmadurez respecto a lo que es una pareja. Marta, con vipassana, empezó a ver desde la distancia sus emociones, sus actitudes y su comportamiento. “Uff, creo que he sido un poco inaguantable…”. Marta empezó a cambiar y su relación mejoró.

 

 

Jose Bravo

Psicólogo colegiado (M-23477), Monitor de Yoga, Pilates y Chi Kung

 

 

 

 

 

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